Lo primero, comentar que un servidor no entiende tanto interés por un video zoofílico que dura lo que tarda el Capi en meter un doblete: ni diez segundos. El revuelo mediático es obvio, pero personalmente no me atrae ni poseer ni mucho menos videar tal excremento fílmico. Por supuesto voy a obviar los apartados de déficit mostrados por alguien que, primero, lo hace; segundo, lo filma, y tercero, lo divulga. Se comentan por si solos. De todos modos y para llevar la contraria un poco, en este caso el refranero popular no creo que de en el clavo. "Muerto el perro, se acabó la rabia", reza un conocido dicho; pero la profanada también tendrá algo que ver en este asunto. Que el dogo va de mal en peor desde que las camisas con cuellos subidos y los cascos patrocinados por bebida alcohólica para maricones dominaron su vida es algo que sabe todo el mundo, así que hay que tener un poco de cabeza para que semejante personaje no demuestre su virtuosismo mango en mano. Que todos nos conocemos.
El caso es que es una pena que el Tio La Vara esté muerto, porque bien necesario era que viniese a dar unos varazos al cánido para a ver si deja aparcada la tontería. Y es que la antena castiga, pero la Vara redime. Y lo que necesita el perro es una redención como Dios manda, si no quiere que antes del juicio (si lo hay) las hordas enfurecidas vayan a por el y le arranquen la cabeza de cuajo. Que más de uno le tiene muchas ganas.
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