Pero que nosotros, simples plebeyos, que nos basta con echar un duro en cualquier antro para celebrar nuestros cumpleaños, que nos jugamos la vida al montar en la moto de Fonso tras meterle mano a una botella de Bacardi (con limón o sin él) en las rocas, que gastamos nuestras pagas para entrar en la discoteca con nombre de barrio neoyorquino, que prestamos nuestro hombro a un amigo cuando lleva mas alcohol que sangre en el cuerpo, no necesitamos gastarnos innombrables cifras de dinero para ganarnos la amistad de nuestros camaradas, nuestra sola presencia en los buenos y malos momentos, no hay Pignoise ni limusina que lo page.
P.D: A favor de Laura Sholler debemos destacar que incluso el Mangante Magnate de la sidra se sintió anonadado ante semenjante poderío económico.
pobre chica tener unos padres como los de ella es como no tener na . Asi va el mundo
ResponderEliminar