Escribimos esta noticia consternados como estamos ante la invasión kinki que asola a los prisioneros de nuestro campo de concentración. Ayer se produjeron algunos incidentes desagradables (algunos graves) cuando la gente volvía a sus casas tras su respectivos entrenamientos deportivos, y uno de los incidentes afectó al cuellicorto maño y a Tostao, por culpa del ladrón de piritas, que cada día que pasa está más gallu.
Los dos futbolistas viajaban dirección Austchwitz-Begoña cuando sin previo aviso aparecieron de la nada. Los Tanohs hicieron acto de presencia con sus collares del todo a cien, sus chaquetas de camuflaje y sus andares pendulares. Los amigos de la coletilla y de la ropa ancha de yonki se encararon a nuestros dos amigos, aunque el objetivo principal era el ladrón de piritas, que no estaba por allí. Resulta que habían tenido un enfrentamiento previo, y cuando los Tanohs le citaron con intenciones poco pacíficas a las 8 y media en Begoña, el ladrón de piritas les sugirió que a las 8 en punto sería mejor hora, no se fuesen a cabrear sus tanomadres por llegar tarde a casa.
El caso es que el incidente tenía todas las papeletas para derivar en pelea, los tanohs estandar le robaban el reloj a Tostao y el cuellicorto maño empezaba a hartarse de la situación, cuando aparecio el Tanoh JEFE, distinguible entre los demás por su chama kilométrica, su descomunal tamaño y su mayor número de cadenas de oro de los chinos. Los tanohs estandar se postraron ante su solemne presencia, y el tanoh jefe impartió justicia. En un acto de clemencia infinita, le devolvió el reloj a Tostao, y por esta vez, dejó marchar al cuellicorto maño.
Alabado sea el Tanoh jefe. BiBA eL tanOH jEfE!!!!
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